El español Jesús Fernández Santos, además de haber dejado huella en el mundo de las letras a través de novelas y relatos, se desempeñó como crítico del séptimo arte y sumó experiencia como guionista y director de películas y documentales.
Su nacimiento tuvo lugar el 9 de noviembre de 1926 en el marco de una familia de burguesía media afincada en suelo madrileño. Laurentino y Ángela, quien falleció en 1928, fueron sus progenitores y los de Lucía, María del Carmen y Aurelia, sus hermanas mayores.
Fernández Santos, criado por su padre y su tía, se formó en una institución educativa de los Hermanos Maristas y, en tiempos de Guerra Civil, permanece con su familia en Segovia, donde comienza el bachillerato. Ya de regreso en la capital de España, el todavía adolescente Jesús enfrenta la muerte paterna.
Al crecer se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras, entablando vínculos de amistad con Ignacio y Josefina Aldecoa, entre otros futuros colegas. Por ese entonces, junto a varios compañeros asume la dirección del Teatro Experimental Universitario y, poco después, se inscribe en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas.
Quien fuera asimismo colaborador de Radio Televisión Española enriqueció a la literatura con propuestas como “Los Bravos”, “Cabeza rapada”, “Extramuros”, “Jaque a la dama” y “Libro de las memorias de las cosas” gracias a las cuales sumó lectores y acumuló distinciones como el Premio de la Crítica, el Premio Nacional de Literatura, el Premio Nadal y el Premio Planeta.
“En la hoguera”, “Laberintos”, “El hombre de los santos”, “La que no tiene nombre”, “Balada de amor y soledad”, “Paraíso encerrado” y “Las puertas del edén” son otros de los títulos que permiten apreciar las habilidades literarias de este autor que encontró la muerte el 2 de junio de 1988 en Madrid, la ciudad que lo vio crecer, progresar a nivel laboral y formar una familia junto a María, la madre de sus descendientes Miguel y Juan.
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