La literatura de Bolivia atesora joyas desarrolladas por Jesús Urzagasti Aguilera, un escritor que nació el 15 de octubre de 1941 en Campo Pajoso, una localidad que forma parte de la zona de Yacuiba.
Este autor, el primogénito de los ocho descendientes que tuvieron María Aguilera y Alberto Urzagasti, perteneció a una familia de agricultores. Tras completar el bachillerato en Humanidades asistió durante una temporada a la Universidad Mayor de San Andrés para formarse en Geología, aunque finalmente fue la cultura el rubro que lo vio desplegar todo su talento.
En 1969, este hombre que se desempeñó en un rodaje cinematográfico como asistente de dirección y trabajó unos meses en el Instituto Cinematográfico Boliviano fue beneficiado por la Fundación Guggenheim con una beca.
Asimismo, asumió por mucho tiempo distintas tareas en el periódico “Presencia” y viajó por un gran número de países para participar en acontecimientos literarios. Lo invitaron, por ejemplo, a Gijón con el objetivo de estar presente en el Tercer Salón del Libro Iberoamericano y a la ciudad chaqueña de Resistencia cuando se llevó a cabo el Quinto Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura. En mayo de 2000, Urzagasti fue homenajeado por la Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos Alfonso Ortega Carmona.
“Tirinea” (libro con el cual dejó una huella imborrable en su país y logró notoriedad internacional), “El último domingo de un caminante”, “De la ventana al parque”, “Un hazmerreír en aprietos”, “El árbol de la tribu” y “Frondas nocturnas” son algunas de las obras que dejan al descubierto las habilidades de Jesús Urzagasti como novelista y poeta.
Al hacer foco en el aspecto personal se descubre que este intelectual estuvo casado en tres ocasiones y que tuvo varios hijos. Su muerte se produjo el 27 de abril de 2013 a raíz de un infarto, hecho que motivó una publicación en Poemas del Alma para brindar detalles de su partida.
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