El panameño Joaquín Beleño Cedeño, descendiente de la pareja conformada por Manuela Cedeño y Joaquín Beleño Carrillo, dejó una huella imborrable en su país y logró trascender gracias a su actividad periodística y su trayectoria literaria.
Se trata de un hombre que nació el 5 de febrero de 1921 en Santa Ana, un barrio situado en la capital de Panamá.
De pequeño asistió a la Escuela Justo Arosemena, mientras que en su adolescencia interrumpió su formación académica para salir a trabajar. Como su padre había enfermado, primero vendió diarios con el propósito de colaborar con la economía del hogar, pero después destinó gran parte de su tiempo para ayudar a su progenitor, afectado por una parálisis, en sus tareas como constructor y albañil.
Con esfuerzo, en 1942 logró completar el bachillerato en el Instituto Nacional. Mientras tanto, desempeñó múltiples actividades laborales que despertaron su inspiración artística. Su etapa universitaria la aprovechó para hacer en la Universidad de Panamá una licenciatura en Administración Pública y Comercio, especializándose en Ciencias Sociales. Más tarde profundizó en la Universidad de Nueva York sus saberes sobre Administración Pública, preparación que le dio herramientas a la hora de dirigir el área de Clasificación de Puestos para la carrera administrativa y de organizar el Departamento de Estadísticas perteneciente a la Caja del Seguro Social.
Quien llegara a presidir el Sindicato de Periodistas de Panamá desarrolló columnas para el periódico “La Hora” y dirigió una publicación bautizada como “Voz Universitaria”.
Sus aptitudes como novelista, en tanto, las demostró en “Luna verde”, “Curundú”, “Gamboa Road Gang. Los forzados de Gamboa” y “Flor de banana (Noche de fruta)”.
Múltiples traducciones y galardones como el premio del Concurso Ricardo Miró en distintas ediciones y el Primer Premio del certamen 15 de Septiembre para las Artes, Ciencias y Letras respaldaron su labor literaria.
El 5 de febrero de 1988, fecha en la cual celebraba su cumpleaños, Joaquín Beleño encontró la muerte en su tierra de origen.
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