La política, el periodismo y la literatura fueron las grandes pasiones de José Antonio Osorio Lizarazo, un intelectual colombiano que nació el 30 de diciembre de 1900 en Bogotá.
“El Solitario” fue el seudónimo que, en ocasiones, utilizó este hombre que en 1916 completó sus estudios en el Colegio de San Bartolomé. Al repasar su experiencia en el mundo de las letras, salen a la luz su paso por la dirección del “Diario Nacional”, su rol de jefe en “La Prensa” y sus esfuerzos para impulsar “El Heraldo”.
También adquieren relevancia sus publicaciones, entre las cuales aparecen el cuento “El despojo”, la novela “La casa de vecindad” y una propuesta de ciencia ficción denominada “Barranquilla 2132”.
“Garabato”, “El hombre bajo la tierra”, “El día del odio”, “El camino en la sombra”, “La isla iluminada”, “El árbol turbulento” y “El Bacilo de Marx” son otros de los títulos que permiten apreciar las habilidades para la escritura de este colombiano que, en 1963, fue distinguido con el Premio Esso.
Es interesante recordar de igual modo que quien dirigiera las publicaciones de la Contraloría General de la Nación y fuera secretario de los ministerios de Educación y de Guerra inició en 1946 una extensa travesía por América Latina que lo llevó a residir en suelo argentino hasta 1955. Después se instaló en Chile (donde adquirió una imprenta que decidió bautizar con el nombre de su patria) y, más tarde, en República Dominicana. Cabe señalar que, en sus tiempos como empleado público, Osorio Lizarazo conoció a la joven Eri Ortiz, se enamoró y terminó casándose y formando una familia con ella.
Afectado por amebiasis, el autor falleció el 12 de octubre de 1964 en el Hospital San José y sus restos fueron llevados al Cementerio Central de Bogotá, aunque temporadas después su viuda optó por trasladar sus cenizas a la Iglesia de Lourdes ubicada en la localidad de Chapinero.
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