José de Espronceda

En el siglo XIX, cuando se desarrolló el Romanticismo, la literatura española contó con varias figuras que quedaron en la historia. Uno de los principales escritores de la época fue José Ignacio Javier Oriol Encarnación de Espronceda y Delgado, más conocido como José de Espronceda.

José de EsproncedaSu nacimiento se produjo el 25 de marzo de 1808 en Almendralejo, una localidad de la provincia de Badajoz. Por ser la tierra natal de Espronceda y de Carolina Coronado, Almendralejo suele ser nombrada como la Ciudad del Romanticismo.

Espronceda se formó en Madrid, siendo discípulo del sacerdote, matemático y escritor Alberto Lista. En su juventud impulsó, junto con amigos, la creación de la Academia del Mirto y de la sociedad secreta Numantinos.

En 1825, por sus actividades intelectuales, Espronceda tuvo exiliarse de la capital española. Aunque en un principio fue condenado a alejarse por cinco años, luego se le redujo el castigo a apenas tres meses. Ese tiempo lo pasó en un monasterio de Guadalajara. Allí inició su carrera literaria cuando, animado por Lista, escribió el poema “El Pelayo”, que no llegó a concluir.

Dos años después de su estancia en Guadalajara, Espronceda viajó a Portugal y más adelante, a Inglaterra. Siguiendo su exilio por su condición de liberal, llegó a Francia, donde se estableció.

En el territorio francés participó de los movimientos revolucionarios de 1830. En 1833, cuando se decretó una amnistía en España tras el fallecimiento de Fernando VII, regresó a su país y comenzó a involucrarse en política, además de desempeñarse como periodista.

Espronceda se sumó a la Milicia Nacional y llegó a ser primer teniente de una compañía madrileña. Mientras cumplía sus funciones en Cuéllar inició la escritura de “Sanco Saldaña o el castellano de Cuéllar”, una novela histórica.

Nuevas persecuciones provocaron su despido del diario El Siglo y su destierro. Espronceda se instaló entonces en Badajoz. “El pastor Clasiquino”, “Poesías”, “El estudiante de Salamanca”, “Canción del pirata”, “Canto de Teresa”, “El mendigo”, “Óscar y Malvina” e “Himno al sol” son otras obras que enriquecieron el legado de Espronceda.

El 23 de mayo de 1842, en Madrid, José de Espronceda falleció a causa de la difteria. En sus últimos tiempos había cumplido funciones como diputado.

Poemas de José de Espronceda en Poemas del Alma: https://www.poemas-del-alma.com/jose-de-espronceda.htm



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