Hoy, en este espacio de Poemas del Alma, vamos a recordar la vida y obra de José Echegaray, un hombre nacido en España que se destacó como dramaturgo, incursionó en la política, se formó como ingeniero, sumó experiencia en el plano docente, realizó valiosos aportes en el área matemática y dejó huella en el mundo de las letras.
Este descendiente de un médico oriundo de Aragón y una dama de Navarra abrió sus ojos al mundo el 19 de abril de 1832 en Madrid. Poco después, su familia decidió mudarse a Murcia, donde él completó la escuela primaria.
Con sólo catorce años de edad, el autor regresó a Madrid para asistir al Instituto de Segunda Enseñanza San Isidro. Tiempo más tarde, este apasionado de la lectura recibiría el título que lo habilitaba como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.
En 1854, Echegaray fue contratado por la Escuela de Ingenieros de Caminos para dar clases de diferentes materias. Desde 1858 y hasta 1860, la docencia también la ejercería en la Escuela de Ayudantes de Obras Públicas. Los años siguientes lo encontrarían como Director General de Obras Públicas y como Ministro de Fomento y de Hacienda.
Por esa época, además, este español demostraría su talento para la escritura con «La hija natural», una propuesta a la que le seguirían «El libro talonario», «La esposa del vengador», «En el puño de la espada», «Para tal culpa, tal pena», «Lo que no puede decirse» y «Los dos curiosos impertinentes», entre otras obras.
En 1904, el dramaturgo que llegó a presidir el Ateneo de Madrid y la Asociación de Escritores y Artistas Españoles fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura, galardón que ese año también quedó en poder del escritor Frédéric Mistral.
José Echegaray, quien fuera además integrante de la Real Academia Española, falleció en Madrid el 14 de septiembre de 1916.
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