El mexicano José Esquivel Pren, quien además de dedicarse a la literatura sumó experiencia como historiador, nació el 30 de marzo de 1897 en la ciudad de Mérida.
Desde edad temprana, este descendiente de la pareja compuesta por María Pren Fortuny y Pastor Esquivel Navarrete demostró una profunda pasión por la creación poética pero, para no decepcionar ni desobedecer a su padre, se instaló en la Ciudad de México y se instruyó en Derecho. En su camino como abogado llegó a ser designado Juez Décimo del fuero civil: aún así, nunca abandonó su afición por la literatura y pudo consolidarse como escritor.
Valiéndose de seudónimos como Zirán Camaro, Galán de Triana, Madrepelos y Pepe Alamares para firmar poesías y relatos, José escondió su identidad.
“Una mancha en América”, “El violín de Liliencrona”, “La casa solariega” e “Historia de la literatura en Yucatán” son algunos de los títulos que enriquecen el legado de este hombre que participó en el Ateneo Iberoamericano de Buenos Aires y en el ateneo uruguayo de Paysandú como miembro de honor. Por sus aportes culturales, en 1960 las autoridades yucatecas le concedieron la Medalla Eligio Ancona, mientras que a fines de agosto de 1976 obtuvo la Medalla Guty Cárdenas.
Al repasar su trayectoria también adquiere relevancia el Grupo Esfinge que impulsó para nuclear a los representantes más sobresalientes de las letras de Yucatán.
Gracias a la inclusión de sus textos en múltiples antologías repartidas por el mundo, Esquivel Pren logró cautivar a lectores de Holanda, Perú, Argentina y Uruguay, por ejemplo. El “Diario de Yucatán”, además, publicó varios artículos suyos y hubo artistas que le pusieron música a versos de su creación.
Cabe destacar que José Esquivel Pren, quien fue parte de la Liga de Acción Social y de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, encontró la muerte el 27 de noviembre de 1982 en la capital de México.
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