Gracias a su rica historia, el Premio Casa de las Américas que se entrega en La Habana se ha posicionado como uno de los galardones literarios más importantes de Latinoamérica. Hace más de medio siglo, un autor cubano tuvo el privilegio de convertirse en el primer novelista en ser reconocido con esta distinción: José Soler Puig.
Nacido el 10 de noviembre de 1916 en Santiago de Cuba, Soler Puig se formó en el Colegio Dolores, donde completó la educación primaria y la educación secundaria. Más adelante estudió en la Academia Milanés, en La Salle y en la Universidad de Oriente, sin graduarse.
En 1939 presentó su primer trabajo literario: “Noche infernal”, un cuento firmado como José Magín Soler que publicó en la revista Cúspide. Con el paso de los años, sus relatos también aparecieron en medios de comunicación como Antorcha, Galería y Carteles.
El reconocimiento le llegó con el mencionado Premio Casa de las Américas que obtuvo por “Bertillón 166”, traducido a más de una treintena de idiomas. Con el tiempo incrementó su producción literaria con libros como “Un mundo de cosas”, “El caserón”, “El pan dormido” y “El derrumbe”.
Soler Puig también escribió obras de teatro y guiones para radio. Este integrante del Movimiento 26 de julio y la Juventud Socialista, quien formó parte del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y presidió la filial en Santiago de Cuba de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), además desarrolló múltiples labores más allá del ámbito cultural, siendo cortador de caña, pintor y vendedor ambulante, por ejemplo.
El Premio Nacional de Literatura y la Orden Félix Varela son otros reconocimientos que cosechó José Soler Puig, fallecido el 30 de agosto de 1996 a los 79 años de edad. En la actualidad, un centro de promoción literaria –que concede una destacada distinción– lleva su nombre.
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