Uno de los intelectuales más destacados de la llamada Generación del 27 fue Juan José Domenchina Moreu, un crítico y escritor español que llegó a este mundo el 18 de mayo de 1898 en la ciudad de Madrid.
Antes de esforzarse por dar a conocer sus dones para la escritura, este hombre que perteneció a una familia vinculada a la ingeniería cursó el bachillerato en la capital de su país y completó el Magisterio en la Escuela Normal de Toledo, institución en la cual se graduó como Maestro Nacional aunque nunca llegó a ejercer la docencia.
Era todavía un joven inexperto cuando quien frecuentara la tertulia del Hotel Regina empezó a trabajar como crítico en periódicos y revistas como «La Pluma», «Revista de Occidente» y «El Sol».
En 1936, seis años después de haberla conocido, Domenchina contrajo matrimonio con la poetisa Ernestina de Champourcín. Para esa misma época, el autor fue designado delegado del gobierno del Instituto del Libro Español.
Tiempo después, asumió como jefe del Servicio Español de Información (marco en el cual lanzó el Boletín de Información y el Suplemento Literario del Servicio Español de Información), así como también fue secretario del gabinete diplomático del político y escritor Manuel Azaña.
De su rol como creador de publicaciones literarias, se tienen evidencias a través de libros como «Las interrogaciones del silencio», «La corporeidad de lo abstracto», «El tacto fervoroso», «Dédalo», «Destierro» y «Pasión de sombra», entre muchos otros.
Juan José Domenchina, a quien también se lo recuerda como colaborador de «La Vanguardia», se exilió junto a su esposa en 1939. Primero estuvieron en Francia y después se instalaron en México, donde él trabajó en la Casa de España.
Un enfisema pulmonar lo llevó a la muerte el 27 de octubre de 1959. Desde entonces, sus restos descansan en el cementerio español que se localiza en la capital mexicana.
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