La argentina Juana Bignozzi, quien además de sumar experiencia como escritora se dedicó a la traducción y al periodismo, nació el 21 de septiembre de 1937 en Buenos Aires.
Esta autora que se crió en el barrio porteño de Saavedra junto a su madre (una obrera textil) y su padre (panadero) contó en alguna oportunidad que, pese a las limitaciones económicas de su hogar, sus padres, ambos defensores del movimiento anarquista, cumplían la tradición de asistir al Teatro Colón una vez por mes. Tampoco faltaban los libros en su casa.
Al crecer con incentivos culturales, Juana sintió que ascendió en el escalafón social, alcanzando la clase de “aristocracia obrera”, según sus palabras. Aún no había llegado a la primera década de su existencia cuando fue distinguida como “mejor lectora” y, con el paso del tiempo, llegó a tener una profesora de francés que advirtió su sensibilidad para la poesía. En la Sociedad Dante Alighieri, en tanto, aprendió italiano.
Quien fuera militante del Partido Comunista y parte de la publicación denominada “Vanguardia Comunista” se instruyó en la Universidad de Buenos Aires tanto en Letras como en Derecho, aunque no completó ninguna de ellas.
En 1974, la también profesora de contabilidad contrajo matrimonio con Hugo Mariani, con quien se instaló en territorio español. Bignozzi permaneció tres décadas en Europa, trabajando fundamentalmente como traductora en Barcelona y visitando con asiduidad la ciudad italiana de Florencia. A Buenos Aires, el territorio que la hacía verdaderamente feliz, regresó en 2004.
“Los límites”, “Tierra de nadie”, “Regreso a la patria”, “Mujer de cierto orden” y “Partida de las grandes líneas” son algunas de las obras que inmortalizan la figura de esta argentina que, tal como en su momento informamos en Poemas del Alma, falleció el 5 de agosto de 2015 en el Hospital de Clínicas. Sus restos, desde entonces, descansan en el Cementerio de Chacarita junto a los de quien fuera su esposo.
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