El 29 de octubre de 1921 se produjo en la ciudad española de Córdoba el nacimiento del poeta Julio Aumente Martínez-Rücker, uno de los integrantes y principales impulsores del denominado Grupo Cántico, donde se nuclearon asimismo Mario López, Juan Bernier y Ricardo Molina.
Cuando uno repasa las vivencias personales y profesionales de Aumente advierte que quien fuera amigo de autores como Carlos Castilla del Pino y Pablo García Baena empezó a dar cuenta de sus habilidades poéticas a través de “El aire que no vuelve”. Con los años, este español que entre sus pasiones tenía el armado de árboles genealógicos extendería su producción literaria y renovaría el interés de los lectores a través de “Por la pendiente oscura”, “El canto de las arpías” y “Los silencios”, entre otros materiales.
Al hacer foco en el legado cultural de este hombre que tradujo composiciones poéticas tanto propias como de colegas salen a la luz también opciones de lectura como “Verde laurel para Michele”, “De los príncipes” y “De las cabras (o amor y psiqui)”, por agregar más referencias. Según numerosos expertos en su labor, de todas formas, su obra más destacada y trascendente ha sido “La antesala”, cuyo prólogo estuvo a cargo de Luis Antonio de Villena y quedó entre los finalistas del Premio Nacional de la Crítica.
Cabe destacar que Julio Aumente, quien en la última etapa de su existencia le dio batalla a una prolongada enfermedad, encontró la muerte el 29 de julio de 2006 en su hogar situado en Madrid. De acuerdo a datos que se dieron a conocer por ese entonces, una hepatitis terminó por desestabilizar su salud. Desde su desaparición física, el admirado autor ha sido objeto de múltiples homenajes que apuntaron a exaltar su figura y a promover la lectura de sus versos con el objetivo de mantener viva su huella a nivel internacional.
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