El 4 de marzo de 1924 se produjo en la ciudad boliviana de Puerto Suárez el nacimiento de Julio de la Vega, un hombre que quedó en la historia de su país por sus contribuciones culturales. Hoy, a fin de rendirle tributo y permitir que distintas generaciones de lectores sepan más sobre él, repasaremos sus vivencias.
En primer lugar hay que señalar que quien fuera impulsor de la segunda etapa de la agrupación literaria Gesta Bárbara se desempeñó, a lo largo de su trayectoria, como crítico de teatro y cine, abogado y periodista, además de destacarse como escritor.
Al repasar su camino laboral salen a la luz sus tareas como redactor de medios como “Hoy” y “Última Hora” y su paso por diferentes universidades poniéndose al frente de la carrera de Literatura.
Por su buen desempeño en el campo de las letras, De la Vega consiguió ser recompensado con distinciones como el Premio Nacional de Cultura, el Premio Franz Tamayo y la Medalla Pablo Neruda, por mencionar algunas de las condecoraciones que respaldaron su labor y le proporcionaron mayor visibilidad a nivel nacional e internacional. Es interesante resaltar además que el 19 de febrero de 1976, este artífice de obras de teatro, composiciones poéticas y novelas fue admitido como integrante de la Academia Boliviana de la Lengua.
Julio de la Vega ha dejado plasmado su talento creativo en publicaciones como “Amplificación temática”, “Matías, el apóstol suplente”, “Temporada de líquenes”, “Cantango por dentro” y “Poemario de exaltaciones”. Asimismo, cautivó en el rubro teatral valiéndose de propuestas como “El sacrificio” y “Se acabó la diversión”.
El 11 de noviembre de 2010, este prolífico autor encontró la muerte en La Paz. Según detalló Poemas del Alma por ese entonces, el escritor pasó a la vida eterna en el Hospital del Seguro Universitario ubicado en Bolivia, donde había tenido que ser internado por problemas derivados de un cuadro de diabetes.
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