La vida de Konstantin Simonóvich Gamsajurdia, uno de los escritores georgianos más sobresalientes del siglo XX, comenzó en Abasha el 3 de mayo de 1893. Este hombre que perdió el anonimato gracias a obras como «La sonrisa de Dionisio» y «Robando la luna» perteneció a una pequeña familia aristocrática compuesta por un matrimonio y tres hijos.
De joven, Konstantin asistió al Gymnasium Georgiano de Kutaisi y, tras graduarse, amplió su formación en San Petersburgo. Entre 1912 y 1918, su educación tuvo lugar en la Universidad Albertina de Königsberg, pero con los años también se extendió hacia la Universidad de Leipzig y la Universidad Friedrich-Wilhelm de Berlín.
Cabe destacar que antes de debutar como poeta y sin haber publicado todavía ninguna de sus narraciones breves, Gamsajurdia se ganó la vida en München como traductor y se relacionó con el grupo de intelectuales ligado a Thomas Mann.
Ya constituída la República Democrática de Georgia, el autor que supo ser distinguido con el prestigioso Premio Estatal Shota Rustaveli y tuvo su producción literaria traducida a múltiples idiomas fue nombrado agregado en la embajada de Georgia en Berlín. Poco después, editó revistas literarias en Tiflis, ciudad en cuya Universidad Estatal enseñó Literatura Alemana hasta el momento de ser expulsado de la institución (hecho que tuvo lugar en 1924).
«La mano derecha del Gran Maestro», «El florecimiento de la viña», «Coqueteando con fantasmas» y «David el constructor» son otros títulos de su autoría que aún hoy permiten apreciar su figura y consiguen mantener vivo el espíritu del escritor.
Konstantin Simonóvich Gamsajurdia, quien en la última etapa de su vida debió luchar contra una fuerte depresión, falleció el 17 de julio de 1975. Sus restos, en cumplimiento de su voluntad, no fueron enterrados en el panteón Mtatsminda sino en su residencia, una vivienda que él solía llamar «La Torre de Colchis».
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