La ucraniana Larysa Petrivna Kósach Kvitka, identificada por el común de la gente como Lesya Ukrainka, nació el 25 de febrero de 1871 en la localidad de Novograd-Volynsky. Dada su importancia cultural por sus aportes periodísticos, narrativos y líricos y su contribución musical al folclore popular, su figura merece ser conocida y valorada a lo largo del tiempo y las fronteras, por eso a continuación repasaremos los aspectos más sobresalientes de su historia.
Esta descendiente de un terrateniente muy culto y una autora bautizada artísticamente Olena Pchilka heredó de su familia la pasión por las letras y la habilidad para la escritura, incentivada asimismo por uno de sus tíos, un folclorista y crítico literario.
Lesya creció en contacto con músicos, pintores e intelectuales ya que, durante su infancia y juventud, en su hogar se desarrollaban conciertos y tertulias. Aunque tuvo un breve paso por una escuela de Kiev, fue educada en su casa de manera particular debido a la tuberculosis óseo-articular que la aquejaba.
Llegó a dominar múltiples lenguas (desde búlgaro y polaco hasta latín y griego antiguo), saberes que aprovechó para traducir obras de Homero, Víctor Hugo y Heinrich Heine, entre otros. Tampoco se puede dejar de mencionar que versos suyos tuvieron espacio en las páginas de la revista “Zorya” ni que desarrolló novelas breves inspirada en realidades del sector campesino.
En busca de mejorar su salud, esta escritora que antes de llegar a su primera década de existencia elaboró su primera composición poética recorrió varios países, pero lamentablemente no encontró una cura para su patología.
Lesya Ukrainka, a quien se puede conocer en mayor profundidad apreciando su legado y visitando su casa-museo, murió el 1 de agosto de 1913 en una localidad de Georgia. “Lesya Ukrainka, el alma de Ucrania” y “Esperanza. Poesías” son materiales de lectura en español que invitan a hacer foco en su vida y obra.
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