Haber sido primera dama es solo una parte de su apasionante historia: las generadoras del interés actual por la figura de la boliviana Lindaura Anzoátegui Campero no son las vivencias que tuvo esta mujer que nació en Tojo el 31 de marzo de 1846 sino su legado literario. Por esa razón, en esta oportunidad la idea es repasar su obra pero también vamos a hacer foco en sus experiencias de vida a fin de permitir que cada vez más gente sepa quién fue y qué hizo la descendiente de la pareja integrada por María Calixta Campero Barragán y Miguel Anzoátegui-Pacheco de Melo.
En su adolescencia perdió a sus padres y se mudó a Sucre junto a su hermana Adelaida. El 24 de junio de 1872, Lindaura celebró su boda con el general Narciso Campero Leyes, un familiar suyo (de acuerdo a los registros, era su tío segundo) que en esa época ocupaba en el gobierno el rol de ministro de Guerra. Un mes después, su esposo aceptó representar a su país como ministro plenipotenciario en Italia, Gran Bretaña y Francia. Ella lo acompañó en sus compromisos diplomáticos y, en ese contexto, se animó a incursionar en la creación literaria motivada por la lectura de clásicos y el contacto con la cultura europea.
Al desencadenarse la llamada Guerra del Pacífico, Anzoátegui Campero elaboró composiciones poéticas que aparecieron en periódicos de Sucre y Potosí, así como le dedicó a su marido un poema titulado “¡Bolivia!”. En 1880, Narciso llegó a la presidencia y se mantuvo en funciones hasta 1884.
“Huallparrimachi”, “Don Manuel Ascencio Padilla” y “Cuidado con los celos” son otras propuestas de lectura desarrolladas por esta autora que firmó textos con seudónimos como Tres Estrellas y El Novel.
El 25 de junio de 1898, a dos temporadas de haber quedado viuda, Lindaura Anzoátegui Campero encontró la muerte en Sucre.
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