Lisímaco Chavarría

Vivió apenas 35 años pero, en su breve paso por este mundo, dejó una huella inolvidable en la literatura de Costa Rica. Lisímaco Chavarría Palma, de él se trata esta nota, tiene una historia interesante y ha dejado un legado cultural que merece ser conocido y valorado más allá del tiempo y los límites geográficos, por eso en esta oportunidad vamos a hacer foco en sus vivencias y aportes poéticos.

Teresa Palma y Eduardo Chavarría fueron los padres de este hombre que nació el 10 de mayo de 1878 en la zona costarricense de San Ramón. En su localidad natal cursó la escuela primaria pero, a fin de colaborar económicamente en su hogar, abandonó su formación académica y destinó su tiempo a tareas vinculadas a la agricultura.

De más grande asistió a un taller artístico que le permitió desplegar sus habilidades para la escultura y la pintura. Quien fuera peón en San Marcos de Tarrazú también trabajó en San José y en Cartago, aprendiendo por ese entonces relojería. Asimismo, acumuló experiencia como docente y llegó a dirigir en Santa Ana una entidad educativa.

En 1904, Chavarría debutó como poeta al lanzar “Orquídeas”, obra que fue seguida por un material denominado “Nómadas”. Al año siguiente, el escritor se separó de Rosa Corrales, su esposa, tras una disputa por la autoría de “El arte”, poema recompensado con el primer premio del festival Fiesta del Arte, evento que en su edición posterior lo galardonó por las composiciones poéticas “Al trabajo” y “Al pensador”.

En 1907, ya habiendo conseguido un puesto en la Biblioteca Nacional y con versos suyos publicados en “Páginas Ilustradas”, Lisímaco escribió textos para “La Prensa Libre”. De esa época es “Añoranzas líricas”.

“Desde Los Andes”, “El árbol del sendero”, “Poema del agua” y “Palabras de la momia” son otras propuestas desarrolladas por este costarricense que triunfó en un concurso de poesía latinoamericana impulsado por una revista de Nueva York y recibió La Flor Natural en Juegos Florales de su nación.

Víctima de tuberculosis, el 27 de agosto de 1913 Lisímaco Chavarría encontró la muerte en el hogar materno. En abril de 1994, la Asamblea Legislativa de Costa Rica declaró a este autor Benemérito de las Letras Patrias.