Lucila Gamero de Medina

La ciudad hondureña de Danlí fue el lugar donde, el 12 de junio de 1873, nació la escritora Lucila Gamero Moncada. Esta mujer, descendiente de la pareja compuesta por Camila Moncada y Manuel Gamero, perteneció a una familia de buena posición social.

Fue su madre quien, en su propio hogar, le enseñó a leer y a escribir. Con esa base educativa, la pequeña Lucila empezó a interesarse por la biblioteca paterna, donde tomó contacto desde temprana edad con libros clásicos de la literatura universal y adquirió conocimientos de Medicina por leer textos especializados.

Si bien en su preadolescencia ya había dado muestras de habilidades narrativas al elaborar un material bautizado como “Impresiones del campo”, su talento para el ejercicio literario comienza a apreciarse con más firmeza a partir de 1895. Por ese entonces, el semanario “El Pensamiento” publica por entregas su novela titulada “Amalia Montiel”. Dos años más tarde, alcanzaría mayor trascendencia al publicar la obra denominada “Adriana y Margarita”.

Por querer progresar a nivel educativo (deseaba, por ejemplo, instalarse en Guatemala para continuar sus estudios en compañía de su hermano a fin de especializarse en Medicina de manera formal) y demostrar talento para diversas tareas perteneciendo al género femenino (su formación autodidacta le permitió diagnosticar y curar enfermedades, así como trabajar en la farmacia de su familia despachando recetas), en su época Lucila Gamero fue acusada de inmoral y criticada por su espíritu varonil.

Respecto a su vida personal, se puede destacar que esta intelectual a quien su colega español Luis Mariñas Otero definió como “la gran dama de las letras hondureñas” formó una familia junto al adinerado Gilberto Medina.

El corazón de Lucila Gamero de Medina, responsable también de títulos como “Páginas del corazón”, “Betina”, “La secretaria”, “Blanca Olmedo” y “Amor exótico”, dejó de latir en Tegucigalpa en 1964.