Buenos Aires fue la ciudad argentina que, en 1948, vio nacer a la escritora Mabel Morvillo Frisone, quien en 1978 trasladó su vida a territorio costarricense, dejando una huella imborrable en ambas naciones. Por las contribuciones literarias que ha hecho esta mujer que entre 1986 y 1990, en su patria por elección, se puso al frente de la Dirección General de Cultura dependiente del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, resulta valioso e interesante repasar su trayectoria y tener presente su legado.
“Los habitantes de la brisa”, “Cuentos con dos cielos y un sol”, “El arcoíris de Ana”, “Un tobogán en una burbuja” y “Las horas de la alegría” son algunas publicaciones que dan cuenta de las extraordinarias habilidades de Mabel para la creación de contenidos destinados al entretenimiento y el aprendizaje de chicos y jóvenes.
Haber integrado el grupo que fundó el Instituto de Literatura Infantil y Juvenil; editar y coordinar proyectos para Centroamérica, Costa Rica y el Caribe en el marco de sus compromisos como directora editorial de la empresa Farben Grupo Editorial Norma; y dar clases en diversas universidades fueron parte de sus actividades.
Tampoco se puede pasar por alto que desarrolló varias obras de teatro (entre las cuales sobresalen “Miloco y Escarpín” y “Había una vez un bosque”, por detallar algunas a modo de referencia) y textos de su producción fueron incluidos en antologías elaboradas en España, Colombia, México, Chile y Argentina.
Esta escritora que enriqueció con su pluma a la publicación colectiva “Huracán Otto, la noche que duró muchos días” atravesó serias complicaciones de salud en el último tramo de su existencia (tuvo que ser asistida médicamente, por ejemplo, a raíz de un derrame cerebral), encontrando la muerte el 23 de enero de 2020 tras darle batalla a un cáncer. Para honrarla, nada mejor que seguir difundiendo sus trabajos y conquistando con ellos a las nuevas generaciones de lectores.
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