Después de haber hecho foco en un logro profesional de Manuel Arce y brindado detalles sobre su deceso, en Poemas del Alma vamos a reconstruir las vivencias de este exponente del universo literario para renovar el interés general por su figura.
Su llegada al mundo se produjo el 13 de febrero de 1928 en la localidad asturiana de San Roque del Acebal, pero en su infancia se trasladó junto a su familia a Santander, la ciudad que fue testigo hasta de su último aliento.
En 1948, tras haberse instruido en cuestiones comerciales, dio origen a “La isla de los ratones”, una revista que se editó hasta 1955 e inspiró el desarrollo de una serie de libros publicados hasta 1986. Para darle espacio a sus intereses culturales, durante más de cuatro décadas llevó adelante la Librería y Galería de Arte Sur que inauguró en julio de 1952.
Tampoco se puede dejar de señalar que Arce sumó experiencia como crítico de arte, integró jurados de estímulos centrados en la literatura, fue concejal y portavoz de la agrupación municipal de carácter socialista del Ayuntamiento de Santander y presidió a lo largo de varias temporadas el Consejo Social de la Universidad de Cantabria, donde instauró premios de Narrativa y Poesía.
“Llamada”, “Sombra de un amor”, “Biografía de un desconocido”, “Testamento en la montaña”, “Pintado sobre el vacío”, “La tentación de vivir”, “Anzuelos para la lubina”, “Oficio de muchachos”, “El precio de la derrota” y “El latido de la memoria” son parte de los títulos que enriquecen su producción literaria. Así como algunos le permitieron obtener galardones, otros de sus relatos fueron adaptados al séptimo arte.
Quien fuera merecedor de reconocimientos como el Premio de Honor Plaza Porticada y el Premio Internacional Emilio Alarcos e invitara a los lectores a viajar en el tiempo a través de las páginas de “Los papeles de una vida recobrada” falleció el 14 de junio de 2018.
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