El escritor español Manuel Fernández Mota, quien enriqueció al mundo de las letras con propuestas como “La noche de los profetas”, “La voz estremecida”, “Versos doloridos” y “Lunas de Guadalmesí”, nació el 9 de agosto de 1924 en Sayalonga, municipio que, en reconocimiento a sus valiosos aportes culturales, lo nombró Hijo Predilecto.
Este integrante de una familia numerosa se dedicó desde edad temprana, al igual que sus padres y hermanos, a tareas vinculadas al campo aunque su destino no estaba en el ámbito rural. Según se advierte al repasar sus vivencias, la guerra obligó a Manuel a retrasar su formación académica pero él siempre se esforzó para dedicarse a su gran pasión: la literatura.
Después de completar el bachillerato, este hombre que en su juventud leyó a poetas clásicos hizo la carrera de Magisterio. Durante muchas temporadas dio clases en Algeciras, la ciudad que supo reconocerlo como Hijo Adoptivo y que le concedió una Medalla de la Palma. En 1964, debutó como poeta al lanzar “Destellos de barro”.
Al también creador de “Chiribitas”, “Los muñecos de Prometeo”, “La humildad de la historia”, “Estrofas elegidas”, “Las viñas” y “La Ruta Blanca del Mudéjar” le gustaban asimismo la fotografía y la pintura, artes que cultivó para dar cuenta de sus habilidades para otras manifestaciones artísticas.
Participar en la fundación de la revista “Bahía” (nombre que usó además para impulsar una colección de poesía y un galardón literario) y en la creación del grupo poético José Luis Cano (asociación que presidió) han sido otras de sus acciones.
El 12 de octubre de 2015, este hombre que tuvo siete descendientes y más de una decena de nietos encontró la muerte en Algeciras. Sus restos fueron llevados a Sayalonga (donde, en señal de duelo por su partida física, se decretaron dos días de luto) para que descansen cerca de las cenizas de quien fuera su esposa, Isabel Sánchez Melgar.
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