El español Manuel Halcón y Villalón-Daoíz, quien llegó a ser nombrado marqués de Villar de Tajo, además de enriquecer al ámbito cultural con obras teatrales y novelas acumuló experiencia como político, periodista, académico y procurador en las Cortes franquistas.
El nacimiento de este hombre que formó parte del clan de los marqueses de San Gil se produjo el 25 de diciembre de 1900 en Sevilla. En su juventud, este autor alternó su residencia en su ciudad natal con vivencias en Morón de la Frontera y Lebrija.
El Premio Izquierdo que le concedió en 1925 el Ateneo de Sevilla por “El hombre que espera” fue su primer éxito en materia literaria. Con el tiempo, el también colaborador de medios como “El Noticiero Sevillano”, “El Liberal”, “Letras” y “Papel de Aleluyas” amplió su producción con “Los treinta años de una mujer”, “Fin de raza”, “Aventuras de Juan Lucas”, “Ir a más” y “Manuela”, entre otros títulos.
La Guerra Civil lo encontró como director de publicaciones como “F.E.” y “Vértice”, así como con la satisfacción de haber logrado el Premio Unidad gracias a sus crónicas.
Quien integrara el Consejo de la Hispanidad (marco en el cual fue canciller hasta julio de 1943) y publicara “Recuerdos de Fernando Villalón” asumió en 1939 la subdirección del diario “ABC” y estuvo al frente del sello Rivadeneyra. A la revista “Semana”, en tanto, la dirigió durante casi tres décadas.
“Cuentos del buen ánimo”, “La gran borrachera”, “Narraciones”, “Monólogo de una mujer fría” y “Desnudo pudor” son otras propuestas que permiten apreciar las habilidades literarias de este español que a fines de 1962 se sumó como académico a la Real Academia de la Lengua.
El 29 de julio de 1989, Manuel Halcón, merecedor de distinciones como el Premio Nacional de Novela y el Premio Mariano de Cavia, encontró la muerte en la capital de su país.
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