Manuel Ortiz Guerrero

En más de una ocasión, la figura y el legado del escritor paraguayo Manuel Ortiz Guerrero consiguieron notoriedad en Poemas del Alma. Mientras que años atrás en este portal hicimos alusión a un taller de poesía que lleva su nombre y Delfina Acosta ofreció detalles sobre una novela de carácter biográfico titulada “Ortiz Guerrero… Solo con las estrellas”, en esta oportunidad ofreceremos datos de interés sobre sus vivencias personales y profesionales a fin de renovar el interés por él y sus contribuciones culturales.

Susana Guerrero y Vicente Ortiz fueron los progenitores de este autor que nació el 16 de julio de 1897 en Villarrica. Como su madre falleció a poco de haberlo traído al mundo, la encargada de criarlo fue su abuela.

Tras participar con su padre en la revolución que tuvo lugar en 1912, marchó a Brasil en condición de exiliado. Allí le diagnosticaron beriberi y, con los años, sufrió lepra, enfermedad que terminó llevándolo a la muerte el 8 de mayo de 1933 en la capital de Paraguay.

Manuel tuvo facilidad para la composición poética, además de haberse destacado como orador y recitador. Textos de su producción consiguieron espacio en las páginas de la “Revista del Centro Estudiantil” y en “Letras”, mientras que durante su estadía en Asunción impulsó el surgimiento de una publicación llamada “Órbita”. Varios de sus versos, en tanto, fueron musicalizados por José Asunción Flores y Ampelio Villalba.

Las habilidades literarias de Ortiz Guerrero, quien contrajo matrimonio con una mujer llamada Dalmacia, quedaron plasmadas en materiales como “Arenillas de mi tierra”, “Diana de gloria”, “Loca”, “La sortija” y “Obras completas”.

Aunque su paso por este plano fue breve, el tiempo le alcanzó para dejar una valiosa huella artística que lo convirtió en una figura inolvidable en su patria. A modo de homenaje se le ha puesto su nombre a instituciones académicas, calles y a una plaza ubicada en Asunción que se conoce como “Manuel Ortiz Guerrero y José Asunción Flores”, donde han sido depositados sus restos para su descanso eterno.