El éxito cosechado por la versión cinematográfica de “Lo que el viento se llevó” potenció a gran escala la popularidad de Margaret Mitchell, la autora estadounidense que, a partir de 1926 y a lo largo de una década, elaboró la novela. A fin de complementar la información de diversos artículos que publicamos en Poemas del Alma acerca de esta inolvidable propuesta y su creadora, a continuación vamos a repasar las vivencias personales y profesionales de esta mujer que nació el 8 de noviembre de 1900 en la ciudad norteamericana de Atlanta.
Quien fuera alumna de Smith College quiso abandonar sus estudios a raíz de sus dificultades respecto a la aritmética, pero su madre, Maybelle, le hizo comprender el valor de la perseverancia y la importancia de acceder a la mejor educación posible. Tanto ella como su padre, un abogado llamado Eugene, le transmitieron buenas costumbres y amor por los libros.
Desde edad temprana, Margaret encontró placer en la creación de historias, especialmente de aventuras. Asimismo, ideaba obras teatrales que representaba en su hogar teniendo como espectadores a sus vecinos.
En su adolescencia se unió al club literario que funcionaba en el Atlanta Washington Seminary donde cursó el secundario. La formación universitaria la interrumpió para ocuparse de su hermano después de la muerte de su progenitora. Con el objetivo de conseguir dinero, en 1922 aportó textos a “Atlanta Sunday Magazine”.
Su destino cambió al lanzar “Lo que el viento se llevó”, relato que no tardó en batir récords de ventas, se tradujo a múltiples lenguas y la hizo merecedora, por ejemplo, de un Premio Pulitzer.
De hacer foco en el plano personal, en tanto, sale a la luz la pérdida de Henry Clifford, su entonces prometido, cuyo deceso se produjo en el marco de la Primera Guerra Mundial. Después celebró su boda con Berrien “Red” Upshaw, separándose de él en 1924, volviendo a apostar al amor meses más tarde casándose con John Marsh. Iba con esta última pareja a disfrutar un filme cuando, el 11 de agosto de 1949, un taxista la atropelló. Las graves heridas recibidas provocaron su muerte el 16 de agosto de 1949 en Atlanta.
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