A María de Montserrat Albareda Roca la vio nacer la ciudad cubana de Camagüey el 4 de agosto de 1913 pero fue el suelo uruguayo el escenario donde creció, estudió, tuvo una hija, se destacó como escritora y se despidió de este mundo.
La mudanza familiar se produjo cuando esta autora aún no llegaba a los dos años de vida: Estados Unidos, España y Argentina fueron las naciones por donde estuvo temporalmente el clan antes de afincarse en Montevideo. En su adolescencia, María dio a conocer su sensibilidad poética a través de “Arriates en flor”, una publicación que permite vislumbrar el poder de inspiración que ha tenido sobre ella Juana de Ibarbourou.
Con el tiempo, enriqueció al género del cuento (entre ellos vale la pena tener presente a “Retrato a lápiz”), cultivó con gran éxito la dramaturgia (estrenando en la década del ’50 una obra titulada “Intermitencias” que le valió el Primer Premio Nacional de Teatro) y sumó experiencia como novelista mediante propuestas como “Los habitantes”, “La casa-quinta” y “El País Secreto”.
En relación a cuestiones personales, es importante recordar que la también creadora de “Con motivo de vivir”, “El sonido blanco y otros cuentos” y “Los juegos” celebró el 16 de diciembre de 1936 el nacimiento de su hija Marta Canessa. Su descendiente, al crecer, se convirtió en profesora, historiadora y escritora, dándole asimismo dos nietos: Julio Luis y Emma.
Por su buen desempeño literario y los aportes culturales que le ha hecho a Uruguay, María de Montserrat recibió varios reconocimientos. En 1990 fue merecedora, por ejemplo, del Premio Candelabro de Oro que concede la sede uruguaya de la organización B’nai B’rith, mientras que la Academia Nacional de Letras del Uruguay le otorgó un sillón desde febrero de 1976.
El fallecimiento de esta talentosa escritora se produjo el 23 de agosto de 1995 en la capital de Uruguay.
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Tuvo 2 hijas martha y susana
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