Al hacer foco en la agrupación literaria surgida en Ecuador bajo la denominación de Generación Decapitada adquiere relevancia la figura de Medardo Ángel Silva, un hombre oriundo de Guayaquil que se destacó en el ámbito poético de su país como exponente del modernismo.
Además de dedicarse a la literatura, este descendiente de Mariana Rodas Moreira y el pianista Enrique Silva sumó experiencia como compositor y músico.
A poco de haber cumplido su primera década de vida, este autor que nació el 8 de junio de 1898 y desde edad temprana demostró sus habilidades para la elaboración de versos inició la escuela secundaria en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, aunque tiempo más tarde interrumpió su formación académica para trabajar.
De más grande entabló un vínculo amoroso con Ángela Carrión Vallejo, una joven que residía en su hogar por pedido de unas monjas, y fruto de esa relación llegó al mundo su hija María Mercedes Silva Carrión, cuya muerte se produjo el 9 de agosto de 1981. Hay versiones que aseguran, sin embargo, que el verdadero amor de Medardo fue Rosa Amanda Villegas.
“El árbol del bien y del mal”, “María Jesús”, “La máscara irónica” y “Trompetas de oro y poesías escogidas” son publicaciones que inmortalizan el talento de Silva para la escritura.
Es interesante recordar que este escritor aportó textos a numerosas revistas tanto de su nación como del extranjero, desempeñándose asimismo como director de varios medios. “El Mosquito”, en tanto, fue una revista que lo tuvo como fundador.
También dejó huella en “El Telégrafo”, periódico en el cual llevó a cabo la sección de “Los jueves literarios” y firmó la columna “Al pasar” con el seudónimo Jean d’Agrève.
El paso por la Tierra de Medardo Ángel Silva fue breve pero intenso. El 10 de junio de 1919, quien fuera cronista, músico, publicista, editor, crítico, narrador y poeta decidió quitarse la vida frente a la mujer que lo había realmente enamorado: Rosa A. Villegas.
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