El poeta danés Michael Strunge, un escritor que construyó su trayectoria a base de influencias del romanticismo, simbolismo y modernismo y logró enriquecer a su tierra con una poesía sonora marcada por la metáfora, la simbología y la mitografía, nació en Hvidovre en 1958.
De la infancia de este hombre aficionado a la lectura que creció junto a su hermano en un hogar donde no sobraba nada ya que sus padres pertenecían a la clase trabajadora y se esforzaban por proporcionarle a sus hijos herramientas para que pudieran progresar, no se sabe demasiado. Lo que sí suele recordarse es la juventud que tenía al debutar en el mundo de las letras, ya que su primer libro, «Velocidad de la vida», data de 1979, época para la cual Michael (quien había logrado que 13 de los 200 poemas que había difundido fueran publicados por la revista «Hvedekorn») contaba con apenas 21 años de edad y ya tenía decidido cultivar la poesía para conquistar el mundo a través de ella.
A partir de entonces, este danés se transformaría en una figura importante de la vida cultural de su país, hasta el punto de convertirse en el líder de un movimiento de intelectuales revolucionarios de la lengua. En los 80, además, fue uno de los impulsores de «¡Me cago en los 80!», un manifiesto que se presentó en la Casa de la Cultura Huset situada en Copenhague.
Once libros llegó a lanzar este hombre apodado «joven salvaje» o «poeta azul», muchos de los cuales fueron traducidos a un gran número de idiomas. Lamentablemente, una profunda depresión le puso fin a todos sus sueños y deseos y obligó a que el creador de «Esencia dolida» fuera internado en una institución psiquiátrica.
El 9 de marzo de 1986, Michael Strunge se suicidó.
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