Entre las asistentes a las tertulias que nucleaban a intelectuales en el Carmel Arts and Crafts Club adquiere relevancia Nora May French, una estadounidense que abrió sus ojos al mundo por primera vez en 1881. Esta mujer, que alcanzó notoriedad gracias a sus habilidades poéticas, nació en el seno de una familia adinerada conformada por Mary Wells y Edward French.
Después de permanecer unas temporadas en Nueva York, su localidad natal, la autora y sus padres se instalaron en una granja ubicada en las afueras de la Ciudad de Los Ángeles de la cual se terminaron yendo a raíz de una cosecha frustrada, entre otros motivos. Ya adolescente, demostró aptitud e interés por la escritura y, en ese contexto, empezó a publicar textos en diversos periódicos y revistas.
Quien fuera pareja de un empresario llamado Alan Hiley al romper vínculos con su entonces pareja se sumó a una agrupación literaria impulsada por Charles Fletcher Lummis que la incentivó a elaborar contenidos para “Out West”.
Enamorada del editor Henry Anderson Lafler, Nora marchó a San Francisco y pronto estrechó lazos con escritores que constituían círculos bohemios. Afectada por cuestiones personales, aceptó cobijo en el hogar de George Sterling pero, víctima de un cuadro depresivo, no le alcanzó ese acompañamiento. El 11 de noviembre de 1907, French se disparó en la cabeza aunque el tiro sólo le causó un daño superficial porque la bala le rozó el pelo. Decidida a ponerle fin a su existencia, esta joven autora ingirió cianuro dos días después y ahí sí, lamentablemente, logró su objetivo mientras la dueña de casa dormía. Es importante señalar que, de modo póstumo, salieron a la luz dos volúmenes que rescatan su legado e invitan a descubrir la obra de Nora May French más allá del tiempo y las fronteras: “Poems” y “The Outer Gate: The Collected Poems of Nora May French”.
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