Entre los grandes exponentes de la literatura ecuatoriana de los siglos XIX y XX aparece Numa Pompilio Llona y Echeverri, un destacado poeta, diplomático y profesor. Hijo de Mercedes Echeverri y de Manuel Leocadio de Llona y Rivera, su nacimiento tuvo lugar el 5 de marzo de 1832 en Guayaquil.
Llona inició su formación en Cali (Colombia), donde vivió con sus padres hasta 1844. Al año siguiente se instaló en Lima (Perú) y en el territorio peruano estudió Derecho, asistiendo a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y trabajando más adelante como docente en dicha institución.
Como diplomático, Llona tuvo la oportunidad de vivir en Italia, Francia y España. Estas estancias en el continente europeo le permitieron entablar vínculos con autores relevantes como Alphonse de Lamartine, Víctor Hugo y George Sand.
En el terreno de la creación literaria, Llona se explayó sobre múltiples temas vinculados a la filosofía, la estética, la moral, el patriotismo y la religión. Como parte de su producción sobresalen libros como “Interrogaciones”, “Cien sonetos nuevos”, “Cantos americanos”, “Clamores del Occidente” y “La estela de una vida”.
En 1882, Llona –quien estuvo casado con Enriqueta Marchena y Bentín y, tras enviudar, con Lastenia Larriva– se convirtió en el rector de la Universidad de Guayaquil. Luego fue representante de su país en Colombia y, después de otro paso por Lima, se afincó una vez más en su ciudad natal.
Es importante mencionar que, en vida, la obra de Llona fue muy valorada y difundida. Por eso, en octubre de 1904, lo reconocieron como Poeta Laureado de la Universidad de Guayaquil, siendo investido por Dolores Sucre.
El fallecimiento de Numa Pompilio Llona se produjo el 4 de abril de 1907 en Guayaquil, cuando tenía 75 años de edad. En la actualidad una calle de su localidad lleva su nombre a modo de homenaje, al igual que un tradicional establecimiento educativo.
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