El 29 de junio de 1929 nacía en Florencia (Italia) la mujer que estaría llamada a ser un referente desde el punto de vista periodístico y literario: Oriana Fallaci.
La mayor de tres hermanas de una sencilla familia fue la autora que nos ocupa quien, desde pequeña, se dejó influenciar por la actitud antifascista de su padre ante la Italia dominada por Benito Mussolini. Hasta tal punto llegó ese tomar como modelo a su progenitor que Oriana perteneció al movimiento de la Resistencia llamado «Justicia y Libertad».
Comenzó sus estudios universitarios de Medicina pero su carácter reivindicativo, luchador e inconformista la encaminó por otros derroteros: el periodismo. Como corresponsal de guerra fue testigo de excepción de los momentos más convulsos del siglo XX en el mundo lo que la llevó a estar en contacto con líderes y personajes influyentes de aquel entonces.
Indira Gandhi, Golda Meir, Henry Kissinger, Mao Tse Tung o John Kennedy fueron algunas de las personalidades que llegó a entrevistar. Esas conversaciones, y otras más, las dotó de su personalidad y de su estilo directo con la pluma dando vida a uno de los libros que formaría parte de su grupo de best-sellers: Entrevista con la historia (1974).
Fallaci y la política
Ese sentido profundo de la política de la escritora italiana quedó plasmado también en otra serie de obras que nunca dejaron indiferente a la sociedad. Así, por ejemplo, sobresale la novela Inshallah (1990), que viene a significar algo así como «Lo que Dios quiera», en la que narra, utilizando un complejo grupo de sesenta personajes, la historia de las tropas italianas destinadas en el Líbano. El dolor, la desesperación o la crudeza de la realidad se convierten en elementos presentes a lo largo de las diversas páginas.
Como buena periodista que se precie también la actualidad estuvo siempre marcando el ritmo de su bibliografía literaria. Esa conjugación de política y realidad, aderezada con unas gotas de amor, fue la que llevó a Oriana a publicar en 1974 la novela titulada Un hombre. En ella acerca a los lectores la figura del que fuera su pareja: Alekos Panagoulis, líder de la resistencia griega.
El resurgir de Fallaci
Diversos acontecimientos como una grave enfermedad hicieron alojarse a la autora en Manhattan para escapar del ritmo frenético del periodismo y del mundo de la literatura. Pero, al igual que sucediera con otros intelectuales, los atentados del 11 de septiembre de 2001 la hicieron despertar de su «letargo».
Así, este cruento acontecimiento le lleva a publicar una nueva obra titulada La rabia y el orgullo (2004) que el escritor Francisco Umbral describió de esta manera: «libro cargado de excesos, lastrado de fatalismos, pero puntual como profecía y magistral como periodismo literario».
En este trabajo, la escritora italiana atacaba duramente al fundamentalismo islámico y abordaba cuestiones tan concretas como la Guerra Santa. Y todo ello lo hizo desde el corazón, trayendo consigo que la lectura de este trabajo no dejara indiferente a nadie.
Las tres últimas obras que seguirían a esta y que pondrían fin a la carrera de dicha autora fueron La fuerza de la razón (2004) que es una secuela de la anterior, Oriana Fallaci se entrevista a sí misma (2005) y Un sombrero lleno de cerezas (2008) en la que realiza un repaso por la historia de su familia.
El 14 de septiembre de 2006 fallecía en la tierra que la vio nacer, aquella en la que fue gestando su carácter atrevido y valiente a la vez que inconformista. Las dos características básicas de una periodista y escritora que si algo consiguió fue remover conciencias.
Una autora que hasta el último momento luchó por la vida: «ser mujer es fascinante, constituye una aventura que requiere considerable valentía, un desafío que nunca llega a aburrir».
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