La literatura y la música se conjugan en la vida de Osiris Rodríguez Castillos, nacido el 21 de julio de 1925 en Montevideo, la capital de Uruguay. Osiris creció en una familia de variados intereses culturales y así se acercó, en su niñez, a la música autóctona de su tierra.
De Montevideo pasó a Sarandí del Yí y luego a Florida, a partir de las distintas mudanzas de la familia. En Florida comenzó su educación secundaria, que siguió en el Liceo Francés de Montevideo aunque no llegó a completar. Rodríguez Castillos continuó con los viajes y recorrió diversas regiones de Uruguay, Argentina y Brasil, muchas veces a caballo.
A Rodríguez Castillos no solo le interesaban las travesías: también la lectura. El paso siguiente fue empezar a escribir sus propios textos, que no tardaron en obtener reconocimiento. “Romance al general brigadier Juan Antonio Lavalleja”, de 1953, fue una de sus primeras obras que trascendieron.
Su libro debut fue “Grillo nochero”, aparecido en 1955. Luego incrementó su producción con trabajos como “1904 Luna roja” (poema de gran extensión que le permitió ganar el Premio del Ministerio de Instrucción Pública), “Entierro de carnaval” (una recopilación de relatos breves que fue traducida a diversas lenguas), “Décimas a Jacinto Luna”, “Vida y aventuras del gaucho Alambre” y “Cantos del norte y del sur”.
De forma paralela, Rodríguez Castillos editó varios discos folclóricos. Compositor, cantante, guitarrista y pianista, creó canciones que fueron interpretadas por Jorge Cafrune, Alfredo Zitarrosa, José Larralde y otros grandes artistas de la música popular sudamericana.
Durante la dictadura militar que se inició en 1973, Rodríguez Castillos sufrió diferentes presiones, amenazas y prohibiciones por sus textos y canciones de crítica social. Pese a su intención de permanecer en su país, finalmente a comienzos de 1981 tuvo que exiliarse y se instaló en Madrid (España), donde vivió más de una década.
A su regreso a Uruguay, en 1993, el Senado le otorgó una pensión por su importancia para la cultura nacional. Mientras escribía un ensayo y trabajaba como investigador en la Biblioteca Nacional, Osiris Rodríguez Castillos sufrió un aneurisma. Después de cinco días de hospitalización, su fallecimiento se produjo el 10 de octubre de 1996 en Montevideo.
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