Mérida, la capital del estado mexicano de Yucatán, es la tierra natal de varios escritores de trascendencia histórica. Allí nacieron Ermilo Abreu Gómez y Antonio Mediz Bolio, por ejemplo. También Oswaldo Baqueiro Anduze, quien abrió los ojos por primera vez en 1902.
En su familia ya había antecedentes de personalidades que se destacaron en el ámbito cultural. Su abuelo era el ensayista, periodista, historiador, abogado y dirigente político Serapio Baqueiro Preve (1838–1900); su padre, el escritor y periodista Serapio Baqueiro Barrera (1865–1940). Por otra parte, su tío Cirilo Baqueiro Preve, más conocido como Chan Cil, brilló en el terreno de la música.
Oswaldo Baqueiro Anduze cursó sus estudios en Mérida. En el marco de la gobernación de Felipe Carrillo Puerto, la Liga de Resistencia Central del Partido Socialista del Sureste financió parte de su formación académica al considerarlo como un importante “intelectual progresista”.
Integrante del grupo Esfinge junto a literatos como Ricardo López Méndez, José Esquivel Pren, Clemente López Trujillo y Miguel Ángel Menéndez, fue uno de los redactores de Diario del Sureste cuando surgió esta publicación a comienzos de la década de 1930.
“La nave de los piratas ciegos”, “La ciudad heroica: historia de Valladolid, Yucatán”, “Los mayas, fin de una cultura” y “Geografía sentimental de Mérida: las piedras que hablan” son algunas de las principales obras de este ensayista y novelista que vivió en la Ciudad de México, donde dirigió la Biblioteca de la Cámara de Diputados del Congreso.
El fallecimiento de Oswaldo Baqueiro Anduze se produjo en 1945, a los 43 años de edad. Más adelante, su hijo Oswaldo Baqueiro López (1932–2005) también alcanzó la popularidad como autor y periodista.
Tiempo después de su muerte, Carlos Moreno Medina lo recordó en una nota publicada en Diario del Sureste como un hombre de “corazón generoso” y “conversación interesante”, que tenía una “disciplina ejemplar” como escritor.
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