Pablo Abril de Vivero

En el hogar de la familia Abril de Vivero se respiró mucha cultura. La literatura no solamente cautivó a Xavier, autor peruano sobre el cual ya hay una publicación biográfica en Poemas del Alma: Pablo, su hermano, también dejó huella en el mundo de las letras, por eso hoy repasaremos sus vivencias.

El 28 de octubre de 1894, Amalia de Vivero y Merino y Carlos Abril y Borgoño celebraron en Lima el nacimiento de su hijo Pablo Enrique Germán Abril de Vivero, quien al crecer se dedicaría a la escritura y sumaría experiencia en el ámbito de la diplomacia.

Este hombre que en 1915 se desempeñó en Moquegua como secretario del prefecto fue alumno de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, asistiendo a las facultades de Letras, Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Administrativas.

Pablo, integrante de la agrupación “Colónida” y colaborador de la revista homónima, publicó composiciones poéticas de su autoría en “Suramérica”. El 29 de abril de 1916, su buen desempeño en un certamen limeño de madrigales le permitió quedarse con el primer premio del concurso.

Como diplomático, Abril de Vivero recorrió Roma, Quito y Buenos Aires. Pasó igualmente por la capital de Francia, donde impulsó el surgimiento de la efímera “La semana parisién”, y por Madrid, ciudad en la cual se dedicó a editar una revista titulada “Bolívar”.

De regreso en su patria, trabajó para el Ministerio de Relaciones Exteriores como bibliotecario, estuvo en la legación peruana en Colombia como primer secretario, fue consejero en suelo cubano y, en Honduras, asumió como ministro plenipotenciario. Haber sido embajador en Uruguay, México, Bélgica, Venezuela, Dinamarca y Suecia es otro logro de este escritor que, en 1945, ayudó a fundar el Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas.

La vida del creador de materiales como “Las alas rotas” y “Ausencia” llegó a su fin en Montecarlo el 11 de abril de 1987.



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