Hay escritores que construyen su fama literaria a partir de una carrera prolífica y otros, que alcanzan el reconocimiento con pocas publicaciones. En este segundo grupo se puede inscribir al chileno Pablo Azócar, que conquistó a la crítica y a los lectores con su primer libro pero que, tras ese éxito inicial, se tomó muchos años para presentar sus siguientes obras.
El nacimiento de Azócar tuvo lugar en la ciudad de San Fernando (Colchagua) en 1959. Estudió Periodismo en la Universidad de Chile, graduándose en 1981, y comenzó a desarrollar su profesión en revistas como Apsi y Hoy. Pronto, sin embargo, se instaló en el continente europeo para desempeñarse como corresponsal y así vivió en Portugal, Italia, España, Bélgica y Francia, entre otras naciones.
Su primera novela, titulada “Natalia”, la escribió mayormente en el exterior y la publicó en 1990. Dicho trabajo le permitió ganar el Premio Municipal de Literatura de Santiago, entre otras distinciones. Pese a este debut promisorio, Azócar se tomaría siete años antes de editar su segundo libro: “El señor que aparece de espaldas”. Antes de eso, en 1995, se radicó nuevamente en Chile.
El libro de cuentos “Vivir no es nada nuevo” no se hizo esperar tanto, ya que apareció en 1998. También fue muy seguida la edición del trabajo siguiente, “Pinochet. Epitafio para un tirano”, que combina crónicas y anécdotas sobre Augusto Pinochet.
Si esta seguidilla de tres libros parecía anticipar una actividad más fecunda de Azócar, este pensamiento pronto quedó desacreditado ya que entre “Pinochet. Epitafio para un tirano” y “El placer de los demás” (su primer poemario) transcurrió nada menos que una década.
A la fecha, “El placer de los demás” es el último libro publicado por Pablo Azócar, una obra que le valió el Premio Altazor de Poesía y el Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
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