De la Generación del 27 forman parte grandes figuras de las letras españolas como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre. También otros autores sin tanto renombre, pero de indudable talento.
Ese es el caso de Pedro García Cabrera, nacido el 19 de agosto de 1905 en el municipio de Vallehermoso (provincia de Santa Cruz de Tenerife). Pedro fue el quinto hijo del matrimonio compuesto por Petra Cabrera Fernández y Pedro García Sánchez.
Por el trabajo de su padre, un maestro de educación primaria que fue asignado a diversos establecimientos educativos a lo largo de su carrera, la familia se mudó en varias ocasiones. De este modo, García Cabrera se crió en su ciudad natal, pero también pasó periodos en Sevilla, en San Andrés y en Santa Cruz de Tenerife.
Su acercamiento a la literatura se dio durante sus días en Vallehermoso. Allí se reunía con sus hermanos, padres, tíos y abuelos para cantar coplas y recitar versos de literatos como Rubén Darío y Gustavo Adolfo Bécquer.
Como autor, García Cabrera dio sus primeros pasos mientras cursaba el bachillerato en San Cristóbal de La Laguna. Por entonces publicó poemas, cuentos y artículos en diferentes periódicos.
En 1928 estuvo entre los impulsores de Pajaritas de Papel, un colectivo artístico muy activo en Tenerife. La producción de García Cabrera también sumó ensayos, y así sus textos se hicieron habituales en varias revistas.
Miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), García Cabrera fue concejal y consejero del Cabildo Insular de Tenerife. Más allá de su actividad política, nunca dejó de escribir.
En 1936, en el marco de la Guerra Civil española, fue detenido y enviado al Sahara Occidental. Al año siguiente logró fugarse a Senegal. Tras un largo recorrido, consiguió instalarse en Valencia, cobijado por los republicanos.
Con el triunfo franquista regresó a prisión, aunque en 1945 fue indultado. En la posguerra siguió incrementando sus obras y sumando reconocimientos.
“Entre 4 paredes”, “Vuelta a la isla”, “Líquenes”, “La rodilla en el agua” y “A la mar fui por naranjas” son algunos de los libros que dan cuenta de la importancia literaria de Pedro García Cabrera, quien falleció el 20 de marzo de 1981 por un cáncer de próstata. Hoy, un premio literario concedido por la Fundación CajaCanarias lleva su nombre.
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