La psiquiatría y la creación literaria fueron dos de las pasiones que cultivó, a lo largo de su vida, la peruana Pilar Dughi, quien nació el 5 de abril de 1956 en Lima fruto del amor entre una mujer oriunda de Valladolid llamada Ana María Martínez y Juan Dughi.
Su padre, descendiente de un inmigrante italiano, le transmitió desde pequeña el amor por los libros y tanto a ella como a sus hermanos les armó una biblioteca propia.
La también aficionada a la pintura inició sus estudios de Medicina en territorio español, continuando su carrera en Perú mientras se instruía en Letras y participaba en tertulias y eventos con escritores.
En 1989, a tres temporadas de haber comenzado a publicar relatos, lanzó el volumen “La premeditación y el azar”. Con el transcurso del tiempo, su producción se nutriría con “Puñales escondidos” (material que la consagró ganadora del Premio de Novela Corta del Banco Central de Reserva en 1997), “Ave de la noche” (trabajo vencedor en 1995 del Tercer Concurso Nacional de Cuento) y “La horda primitiva”.
Un máster en suelo francés y un doctorado en Literatura completado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos potenciaron los conocimientos de esta mujer que viajó por el mundo en el rol de consultora de Unicef.
Al repasar su trayectoria tampoco se pueden pasar por alto sus contribuciones como integrante de la organización feminista Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán ni su desempeño como psiquiatra en múltiples ONGs focalizadas en el bienestar de menores de edad y mujeres.
Un cáncer de páncreas fulminante la llevó a la muerte el 6 de marzo de 2006. Siguiendo las instrucciones de Pilar, su hijo Sebastián publicó de modo póstumo los últimos cuentos de su madre y destruyó sus diarios personales ya que la autora consideró que esas memorias eran muy íntimas y carecían de un valor literario que justificara su difusión.
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