R. A. Lafferty

La literatura fantástica y el universo de la ciencia ficción se han enriquecido con los aportes creativos de Raphael Aloysius Lafferty, un norteamericano con antepasados irlandeses que se destacó en el mundo de las letras a raíz de su dominio de las metáforas, los formatos narrativos y el aprovechamiento de los recursos lingüísticos.

Este descendiente de la pareja conformada por una profesora llamada Julia Mary Burke y un inversor bautizado como Hugh David Lafferty llegó al mundo el 7 de noviembre de 1914 en la ciudad estadounidense de Neola.

Cuatro temporadas después de su nacimiento se instaló junto a su familia en una localidad perteneciente al estado de Oklahoma y, más tarde, el clan se instaló en Tulsa, cuya universidad frecuentó entre 1933 y 1935 para instruirse en lengua alemana y matemática. A distancia, además, este hombre que entre 1942 y 1946 integró el ejército de su país adquirió conocimientos de Ingeniería Electrónica.

En 1959, las páginas de “The Wagons” permitieron descubrir las habilidades de Lafferty para el desarrollo de relatos. Con el tiempo, apareció otro texto suyo en “Day of the Glacier”. Comenzada la década del ’70, Raphael, quien aprendió griego con el propósito de apreciar la versión original del “Nuevo Testamento”, abandonó sus tareas como ingeniero electrónico y se dedicó en exclusiva a la creación literaria.

“Llegada a Easterwine”, “Salomas del espacio”, “Novecientas abuelas”, “Los seis dedos del tiempo” y “La maldición de Eurema” son algunos títulos en español que forman parte del legado de este autor que fue merecedor de distinciones como el Premio Hugo, el Cordwainer Smith Rediscovery Award y el World Fantasy Award for Life Achievement.

Tras sobreponerse a un infarto, Lafferty redujo la intensidad de su labor creativa pero en 1994, como consecuencia de un nuevo problema cardíaco, se alejó de manera definitiva del ámbito de las letras. Desde entonces se recluyó en un hogar de monjas franciscanas ubicado en Broken Arrow, donde murió el 18 de marzo de 2002.