La ciudad salvadoreña de Santa Tecla, cabecera del departamento de La Libertad, vio nacer el 23 de diciembre de 1927 a Rafael Góchez Sosa. Criado por su madre, Delfina Góchez Henríquez, tuvo una infancia complicada debido a las penurias económicas
Era un niño cuando comenzó a ayudar a su progenitora en el mercado municipal, donde tenía un puesto. De todos modos, nunca descuidó su educación académica. Gracias a una beca, pudo graduarse como contador en 1946. Luego aprobó el examen correspondiente del Ministerio de Educación y se convirtió en docente de Educación Media. Góchez Sosa, por otra parte, siempre se formó de manera autodidacta, desarrollando una gran biblioteca personal.
A finales de la década de 1940, emigró a Honduras para trabajar en la industria bananera. Al regresar a El Salvador, ejerció la docencia y también comenzó a incursionar en el periodismo.
Su carrera formal como poeta se inició recién en 1960, cuando publicó cinco poemas en la antología “Poetas jóvenes de El Salvador”. Para entonces ya había conocido a Gloria Marina Fernández, su esposa y madre de sus cuatro hijos. También había fundado el Liceo Tecleño. En 1962, Góchez Sosa pudo publicar su primer libro: “Luna nueva”.
Dos años más tarde presentó “Poemas circulares”. Con una trayectoria en ascenso, más adelante logró el primer puesto en los Juegos Florales de Quezaltenango, recibió elogios de Roque Dalton e incrementó su producción literaria con “Voces del silencio”, “Los regresos” y “Poemas para leer sin música”.
En 1979 Góchez Sosa, quien luchaba contra el alcoholismo, sufrió el asesinato de su hija Delfy durante el desarrollo de una protesta estudiantil. Acusado de subversivo, sufrió presiones y persecuciones.
Rafael Góchez Sosa murió el 16 de diciembre de 1986, poco antes de cumplir 59 años. De manera póstuma se publicó su antología “Esta mueca circular y sola” y se lo reconoció como Ciudadano Distinguido e Hijo Meritísimo de Santa Tecla.
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