El 29 de abril de 1916, en el municipio hondureño de Olanchito (perteneciente al departamento de Yoro), nació el novelista, cuentista, poeta, ensayista, dramaturgo y periodista Ramón Amaya Amador, quien se crió en La Ceiba.
En dicha ciudad estudió en el Instituto Manuel Bonilla, trabajó en las plantaciones de bananas (plátanos) y empezó a forjar su trayectoria literaria y periodística. Su primera obra, titulada “La nochebuena del campeño Juan Blas”, fue publicada en 1939. Dos años después se sumó a El Atlántico, un periódico de La Ceiba del cual llegó a convertirse en su editor periodístico.
En octubre de 1943, junto a Dionisio Romero Narváez, Amaya Amador impulsó la creación de un semanario en su pueblo natal: Alerta. Sin embargo, al año siguiente tuvo que abandonar Honduras por las presiones políticas (incluso llegó a ser encarcelado) y se instaló en Guatemala, donde residió durante una década.
El autor completó su novela más famosa en 1945: “Prisión verde”. Este trabajo literario, que describe la difícil situación de los trabajadores de las plantaciones bananeras, fue publicado recién cinco años después en Guatemala y en México y sufrió censura en Honduras.
“Los brujos de Ilamatepeque”, “Cipotes”, “El señor de la sierra”, “Jacinta Peralta”, “Memorias de un canalla” y “Operación Gorila” son otros de sus principales libros. Cabe destacar que parte de la producción literaria de Amaya Amador fue traducida al inglés, el ruso, el chino y el alemán, entre otros idiomas.
Militante del Partido Comunista de Honduras, Amaya Amador fue enviado a fines de la década de 1950 por esa agrupación a Checoslovaquia para participar de la edición en castellano de la revista del movimiento. El 24 de noviembre de 1966, mientras se dirigía desde Bulgaria hacia territorio checoslovaco, Ramón Amaya Amador falleció al estrellarse el avión en el que viajaba. Once años después, sus restos fueron repatriados y desde entonces reposan en Tegucigalpa.
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