Ricardo Palma

La vida del escritor Ricardo Palma y Carrillo, quien a través de sus textos dejó una huella imborrable en la literatura peruana, comenzó en Lima el 7 de febrero de 1833, aunque hay una versión que sitúa su nacimiento en 1825. Tampoco hay certezas sobre su progenitora, ya que unos sostienen que fue Guillermina Carrillo y Pardos, mientras que otros señalan a Dominga Soriano y Carrillo, la hija por ese entonces adolescente de esta mujer. Sí se sabe que su padre fue Pedro Ramón Palma.

Según se advierte al analizar sus vivencias, la actividad literaria le atrajo desde muy joven, impulsándolo a desarrollar dramas y contenidos poéticos antes de cumplir sus primeras dos décadas de existencia: “El hijo del sol”, “Rodil” y “El santo de Panchita” fueron algunas de sus obras iniciales. También tuvo intereses políticos y se sintió cautivado por la masonería.

En 1853, Ricardo ingresó a la Armada del Perú como oficial tercero y en 1860, después de haber fracasado el golpe hacia el presidente Ramón Castilla, abandonó su país y partió rumbo a suelo chileno, donde se instaló en Valparaíso. Allí asistió con frecuencia a reuniones literarias, integró la Sociedad de Amigos de la Ilustración y escribió para medios como “Revista de Sud-América” y “Revista del Pacífico”.

A su tierra natal retornó en 1863 y, meses después, fue designado cónsul en Brasil, una responsabilidad que no llegó a asumir porque gestionó una licencia y se trasladó al continente europeo.

En relación a su vida personal, no se puede pasar por alto que, en 1872, fruto de su vínculo con una ecuatoriana llamada Clementina Ramírez, Palma se convirtió en padre de Clemente, quien al crecer siguió sus pasos como escritor. Temporadas más tarde, el responsable de títulos como “Corona patriótica”, “Armonías. Libro de un desterrado”, “Tradiciones peruanas” y “Filigranas. Aguinaldo a mis amigos” se unió en matrimonio a Cristina Román y Olivier, teniendo con ella siete descendientes.

Ricardo Palma, quien formara parte de la Real Academia española como miembro correspondiente y presidiera la Academia Peruana de la Lengua, murió el 6 de octubre de 1919 en Lima.