El 13 de noviembre de 1900 se produjo en la localidad chilena de Curacaví el nacimiento de Moisés Filadelfio Gutiérrez Gutiérrez, autor que ha quedado en la Historia con el seudónimo de Rosamel del Valle.
Este descendiente de una pareja de campesinos era aún muy pequeño cuando su familia decidió instalarse en Santiago. Allí transcurrió su formación académica, que interrumpió en 1918 al fallecer su padre. Tras esa pérdida, Moisés comenzó a trabajar como operario para mantener económicamente a su familia.
Al tiempo, adoptó diversos seudónimos para firmar composiciones poéticas de su autoría que aparecían publicadas en múltiples periódicos y revistas de Chile. Su primer libro fue “Los poemas lunados”, un material de 1920 donde por primera vez hace uso del alias “Rosamel del Valle”, construido a partir del nombre de la mujer que había conquistado su corazón hacia esa época: Rosa Amelia del Valle.
“Mirador”, “País blanco y negro”, “El joven olvido”, “Fuegos y ceremonias”, “Las llaves invisibles”, “La visión comunicable” y “El corazón escrito” son otros títulos que forman parte de la producción literaria de este escritor que supo ser, además, fundador de las publicaciones “Panorama” y “Ariel”. Asimismo, trabajó de manera ocasional como periodista y cumplió funciones en el Servicio de Correos y Telégrafos.
En 1946, Del Valle viajó a Nueva York por razones de trabajo ya que su amigo y colega Humberto Díaz Casanueva consiguió que lo contrataran en la Oficina de Publicaciones de la Organización de las Naciones Unidas como corrector de pruebas. Allí conoció a Thérèse Dulac, quien a partir de 1948 fue su esposa. Con ella regresó en 1962 a territorio chileno y volvió a residir en Santiago.
El 22 de septiembre de 1965, Rosamel del Valle murió. Dejó sin publicar “Adiós enigma tornasol”, un material que se lanzaría dos años después del fallecimiento de este poeta vanguardista y lograría renovar el interés por su figura.
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