Apoyó a las fuerzas franquistas en el marco de la Guerra Civil española, se opuso al marxismo y condenó las ideas de izquierda: motivos suficientes para que el ámbito intelectual de su época, mayoritariamente progresista, le diera la espalda. El sudafricano Roy Campbell, sin embargo, logró quedar en la historia por las cualidades de sus obras.
Nacido el 2 de octubre de 1901 en la ciudad de Durban, su nombre completo era Ignatius Royston Dunnachie Campbell. Amante de la vida al aire libre y de la literatura desde su niñez, asistió al Durban High School y luego emigró a Inglaterra para formarse en la Universidad de Oxford.
Su deseo, sin embargo, se vio trunco ya que no aprobó el examen de ingreso. Por entonces ya dedicaba buena parte de su tiempo a la escritura de poesía, teniendo como referentes a autores como Paul Verlaine y T.S. Eliot.
En 1920 se marchó de Oxford y se instaló en Londres. Dos años después se casó, sin el consentimiento de sus padres, con Mary Margaret Garman, con quien tuvo dos hijas. Para entonces ya tenía problemas con el alcohol, un inconveniente que lo acompañó durante toda su vida.
Campbell luego se trasladó a Gales y terminó de escribir su primer poema extenso: “The Flaming Terrapin”, que logró publicar en 1924. Al año siguiente regresó a Sudáfrica donde, junto a William Plomer, fundó la revista literaria Voorslag.
1927 marcó su regresó a Londres. Tuvo un acercamiento al grupo Bloomsbury (formado por Virginia Woolf, E.M. Forster y otras personalidades) pero luego se distanció, acusando a sus integrantes –a quienes dedicó la sátira “The Georgiad”– de ser anticristianos y promiscuos. En 1928 publicó “The Wayzgoose”, que había terminado de desarrollar mientras estaba en territorio sudafricano.
A comienzos de la década de 1930, Campbell volvería a mudarse, esta vez a la Provenza. Después de presentar obras como “Poems” y “Adamastor”, un problema legal lo llevó a huir con su familia a España, quedándose en Toledo.
A favor del bando de Francisco Franco durante la Guerra Civil española, Roy Campbell denunció al nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Después de otros viajes, se radicó en Portugal, donde se dedicó a la traducción. El 23 de abril de 1957, en Setúbal, falleció en un accidente de tránsito.
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