El venezolano Rufino Blanco Fombona, un gran exponente del movimiento modernista, nació el 17 de junio de 1874 en el seno de una familia ilustre afincada en Caracas.
Este hombre que a lo largo de su trayectoria sumó experiencia como editor, diplomático y escritor completó el bachillerato en 1889. A poco de haber iniciado en la Universidad Central de Venezuela estudios de Filosofía y Derecho, Rufino ingresó a la Academia Militar, llegando a tomar intervención en la denominada Revolución Legalista.
En 1895 retornó a la capital de su país tras haber desarrollado labores de cónsul en la ciudad norteamericana de Filadelfia y, por ese entonces, fue colaborador de medios como “Cosmópolis” y “El cojo ilustrado”. Una temporada más tarde y hasta 1897, trabajó en la embajada de su nación en Holanda.
A Nueva York, donde enseñó español, arribó después de recuperar la libertad que perdió brevemente al batirse a duelo con un opositor. Ya instalado en República Dominicana, Blanco Fombona realizó tareas periodísticas y asumió en Boston como cónsul.
“Trovadores y trovas”, “Cuentos de poeta”, “Cuentos americanos”, “Pequeña ópera lírica”, “El hombre de hierro”, “Más allá de los horizontes” y “Cantos de la prisión y del destierro” son parte de la nutrida producción literaria de este venezolano que, en Ciudad Bolívar, fue detenido por asesinar a un militar.
Blanco Fombona, quien residió en las capitales de Francia y España, fue integrante de la Academia Nacional de la Historia y ministro plenipotenciario en suelo uruguayo, además de haber llegado a presidir el estado de Miranda.
“El hombre de oro”, “Dramas mínimos”, “La espada del samuray”, “Cancionero del amor infeliz”, “Diarios de mi vida”, “El secreto de la felicidad” y “La bella y la fiera” son otros de los numerosos títulos que integran el legado de este autor que encontró la muerte el 16 de octubre de 1944 en Buenos Aires.
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