El crítico literario, traductor y escritor mexicano Salvador Elizondo Alcalde partió de este mundo hace ya varios años pero su legado continúa vigente. Por esa razón, en esta ocasión repasaremos su vida y obra a fin de mantener presente la figura de este autor que desde el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) definieron en una oportunidad como “vanguardista” y “original”.
Su nacimiento se produjo el 19 de diciembre de 1932 en la Ciudad de México. La literatura, y el arte en general, le atrajo desde muy temprana edad.
El destino hizo que viviera algunos años de su niñez en Alemania y que, en su juventud, asistiera durante tres temporadas a una escuela militar ubicada en California. El resto de su formación académica transcurrió en su localidad natal (donde se especializó en Artes Plásticas) y en universidades como la Autónoma de México, Cambridge, Perugia y La Sorbona, en las cuales se instruyó sobre Literatura. Además, en El Colegio de México tomó clases de chino.
A lo largo de su carrera, Elizondo fundó algunas revistas y colaboró en publicaciones como “Siempre”, “Plural” y “Vuelta”. También trabajó como catedrático e integró la Academia Mexicana de la Lengua.
Quien fuera esposo de Michèlle Alban (la madre de sus hijas Mariana y Pía) primero y, después, de la mexicana Paulina Lavista, fue distinguido en varias ocasiones por su buen desempeño literario. El Premio Xavier Villaurrutia y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Lingüística y Literatura son parte de los reconocimientos que obtuvo.
Para descubrir o recordar su producción, nada mejor que apreciar obras como “Poemas”, “Farabeuf o la crónica de un instante”, “Narda o el verano”, “El hipogeo secreto”, “El retrato de Zoe”, “El grafógrafo”, “La luz que regresa” y “El mar de iguanas”.
El 29 de marzo de 2006, Salvador Elizondo falleció.
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