Saúl Yurkievich

La literatura argentina se ha nutrido, a lo largo del tiempo, con los aportes culturales de intelectuales que cultivaron diversos géneros y, gracias a su talento, se convirtieron en grandes referentes y fuentes de inspiración. Así ha ocurrido con Saúl Yurkievich, un hombre nacido el 27 de noviembre de 1931 en la localidad bonaerense de La Plata que, además de haberse dedicado a la escritura, sumó experiencia como crítico literario y profesor.

Quien fuera integrante de una familia conformada por inmigrantes polacos y rusos asistió a la Universidad de La Plata para formarse en Letras pese a que su padre no estaba de acuerdo con sus inquietudes humanísticas. Para su tesis eligió focalizarse en la vida y obra del autor francés Guillaume Apollinaire, originando un material que, en 1968, salió a la luz bajo el título de “Modernidad de Apollinaire”.

“Valoración de Vallejo” (presentado una década antes), es otro de los libros que le dio una visibilidad importante. En 1966, Yurkievich se mudó a la capital de Francia, donde ejerció la docencia en instituciones como la Universidad de Nanterre. Más tarde, además de aportar textos a la revista “Change”, tradujo al español algunas composiciones poéticas de Edmond Jabès. Asimismo, tuvo oportunidad de recorrer múltiples ciudades en los roles de profesor visitante y conferencista.

Cabe destacar que este argentino que supo forjar un fuerte vínculo de amistad con su colega Julio Cortázar también es responsable de “La confabulación con la palabra”, “Retener sin detener”, “Acaso acoso”, “La movediza modernidad”, “Del arte verbal” y “Julio Cortázar, al calor de tu sombra”, entre otros libros que mantienen viva su esencia más allá del paso de los años y los límites geográficos.

Un accidente automovilístico ocurrido en el sureste francés le causó la muerte el 27 de julio de 2005. De acuerdo a las pericias, el coche que conducía se salió del camino: como no hay rastros de frenadas, se supone que Saúl Yurkievich se quedó dormido mientras estaba al frente del volante.