Heerlen, una localidad holandesa, fue el lugar de nacimiento de Nicolaas Thomas Bernhard, quien llegó al mundo el 9 de febrero de 1931. Su infancia fue complicada: además de ser hijo ilegítimo de Alois Zuckerstätter y Herta Bernhard, debió enfrentar enfermedades crónicas desde los primeros años de vida y crecer en un ambiente donde las penurias económicas eran frecuentes.
Bernhard se crió junto a sus abuelos maternos en Austria. Su abuelo, de hecho, fue clave en su formación artística. Cuando su madre contrajo matrimonio y se instaló en Alemania, el pequeño Thomas comenzó a alternar su residencia entre Austria y Alta Baviera.
Antes de publicar su primer libro, Bernhard estuvo dos años internado en un sanatorio por problemas pulmonares (entre 1949 y 1951). Poco tiempo después de su salida, y antes de formarse como actor y músico en el Mozarteum de la ciudad de Salzburgo, presentó “Hambre grande, inconcebible”, el relato con el que debutó en las letras.
Cuentos, novelas, libretos para ópera, obras de teatro y textos autobiográficos se sumaron a su producción literaria, con títulos destacados como “La calera”, “Ave Virgilio”, “Trastorno”, “El origen”, “El sótano”, “La montaña”, “Un niño”, “Corrección”, “El ignorante y el demente”, “Las apariencias engañan”, “El presidente”, “Así en la Tierra como en el infierno” y “La fuerza de la costumbre”, entre muchos otros.
Varios de estos trabajos le permitieron obtener importantes distinciones, como el Premio Georg Büchner (considerado como el galardón más destacado de las letras alemanas), el Premio Médicis, el Premio Nacional Austriaco de Literatura y el Premio Literario Internacional Mondello.
El 12 de febrero de 1989, ya convertido en uno de los grandes autores de la literatura en alemán, Thomas Bernhard murió en la ciudad austriaca de Gmunden. Su fallecimiento, de todos modos, recién trascendió después del funeral. Hoy su última vivienda funciona como un museo y centro de estudios dedicado a su obra.
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