El 30 de enero de 1948 tuvo lugar en la ciudad española de Burgos el nacimiento de Faustino Barriuso Gutiérrez, un dramaturgo y escritor que aún hoy es recordado a escala internacional como Tino Barriuso porque así solía firmar sus textos.
Este hombre que completó en la Universidad de Valladolid una licenciatura en Física no fue el único de su familia que consiguió salir del anonimato ya que Marta, una de sus hermanas, se dedicó a la música, mientras que Tina siguió el camino de las letras y de la locución.
A lo largo de su trayectoria, este autor repartió su tiempo entre las clases de Química y Física (impartidas en la localidad de Aranda de Duero y en su tierra natal después), sus colaboraciones en medios como “Diario de Burgos” y el suplemento de diarios pertenecientes al grupo Promecal, las actividades políticas (que lo llevaron a presentarse en distintas elecciones) y la creación literaria. Además, acompañado por diversos intelectuales impulsó el surgimiento de una revista denominada “Artesa” y originó un material dramático titulado “Presencia de Quevedo” que fue representado en la década del ‘80.
En 1982, gracias a la Diputación Provincial de Burgos, vio la luz “Pie quebrado para una estrofa rota”, la obra que marcó su debut oficial como poeta. “Paloma sin alas”, “Que asedia el mar” y “Una súbita esquina” completaron su producción poética.
Este español que también sumó experiencia como antólogo (rol que plasmó en “Veinte poetas de amor y una ciudad desesperada: cincuenta años de poesía en Burgos”) dejó, de igual modo, una huella imborrable en el género de la novela, al cual nutrió con propuestas como “Signo de interrogación” y el relato por entregas “Sil”.
Tino Barriuso, cuyo nombre identifica a un certamen de poesía que en su primera edición tuvo como ganador a Rodrigo García Marina, encontró la muerte el 26 de mayo de 2017.
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