El viaje en el tiempo a través de documentación, investigaciones y textos de gran antigüedad nos permite descubrir el legado de figuras como Tullia d’Aragona, una mujer que, según diversos autores, llegó a este mundo entre los años 1508 y 1510.
Su nacimiento se produjo en el seno de una familia de buena posición económica afincada en Roma. Su madre fue una cortesana llamada Giula Campana, pero sobre su padre no hay certezas: algunos señalan a Luigi d’Aragona, un caballero heredero de Fernando de Aragón por medio de una rama ilegítima, mientras que otros nombran a Costanzo Palmieri d’Aragona.
Tras el fallecimiento de Luigi, hecho que tuvo lugar en 1519, ella vivió varias temporadas en la ciudad italiana de Siena. A Roma retornó en 1526, localidad que abandonó en 1529 para mudarse a Bologna.
Tiempo después de entablar un vínculo sentimental con un magnate identificado como Filippo Strozzi, la autora se instaló en Venecia e inició allí un romance con el escritor Bernardo Tasso. En relación a sus parejas, hay indicios que permiten determinar que, en 1543, Tullia contrajo matrimonio con Silvestro Guicciardi de Ferrara. Y de investigar sobre su descendencia, no tardan en aparecer las dudas ya que no se sabe si Penelope d’Aragona fue su hermana o su hija pero sí se señala a Celio como heredero auténtico.
La creadora de “Diálogo sobre lainfinitud del amor” y “Rimas”, por señalar sus obras más conocidas, fue una mujer que se destacó por su gran cultura, su belleza, su inteligencia y su sensibilidad poética.
Tullia d’Aragona encontró la muerte en 1556 en Roma, donde se instaló después de un breve retorno a Siena y un tiempo en Florencia (urbe en la cual trabajó en la corte de Cosme I de Médici. Tras su fallecimiento, durante varios años su legado fue editado en italiano a fin de renovar el interés por su producción literaria y mantener vigente su figura.
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