El dramaturgo y escritor que, a lo largo de su trayectoria, desarrolló propuestas como “El hombre de mundo”, “Don Fernando de Antequera” y “La muerte de César” respondía al nombre de Buenaventura José María de la Vega y Cárdenas, pero en la Historia de la literatura quedó inmortalizado con el seudónimo de Ventura de la Vega.
Este hombre nació el 14 de julio de 1807 en el Virreinato del Río de la Plata y, a poco de haber cumplido su primera década de vida, marchó a suelo español para recibir la formación académica que su padre, D. Diego de la Vega, siempre soñó para él. Desde entonces, estuvo al cuidado de su tío Fermín del Río y Vega por decisión de su madre, María de los Dolores Cárdenas, que lo hizo viajar temporadas después de haber quedado viuda.
Años más tarde, sus familiares le solicitaron que regresara a Buenos Aires pero quien tomara clases de latinidad en los Estudios Imperiales de San Isidro, fuera alumno del colegio madrileño San Mateo e integrante de la Sociedad de Los Numantinos se opuso a ese pedido y continuó evolucionando en España tanto a nivel personal como profesional. En 1838, el autor celebró su boda con una cantante llamada Manuela Oreiro de Lema y, meses después, la familia se agrandó con el nacimiento de un niño al que bautizaron como Ricardo.
Haberse sumado en 1842 a la Real Academia Española como académico honorario (entidad en la cual fue supernumerario en 1844 y académico de número desde 1845), haber asumido en 1847 como director del Teatro Español y haberse desempeñado como profesor de Isabel II son parte de las actividades que nutrieron su carrera y que le brindaron la posibilidad de acumular experiencia en diversas áreas.
El 29 de noviembre de 1865, Ventura de la Vega encontró la muerte en Madrid.
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