El neoclasicismo, en Italia, encontró en Vincenzo Monti a uno de sus principales referentes. Este poeta nació el 19 de febrero de 1754 en Alfonsine, un municipio que pertenece a la provincia de Rávena (región de Emilia-Romaña).
Sus padres, terratenientes, tuvieron nueve hijos (cinco mujeres y cuatro hombres), de los cuales cinco dedicaron su vida a la religión. Vincenzo barajó la posibilidad de incorporarse a la orden franciscana, aunque finalmente optó por instalarse en Ferrara para aprender Medicina y Leyes. De todas maneras, terminó enfocándose en la literatura.
Estudioso de la Biblia, Monti se convirtió en integrante de la Academia de la Arcadia con solo 21 años de edad, usando el pseudónimo de Antonide Saturniano. Un año más tarde, en 1776, presentó “La visión de Ezequiel” y logró sumar el apoyo de una condesa y de una marquesa como mecenas.
Monti se instaló en Roma en 1778 y empezó a evidenciar su eclecticismo, presentando obras de diferentes géneros y estilos. “Prosopopeya de Pericles”, “La belleza del Universo”, “La Feroníada”, “Aristodemo”, “La Musogonía”, “Cayo Graco”, “La basvilliana”, “Al señor de Montgolfier” y “El peregrino apostólico” (dedicado al papa Pío VI, con quien viajó a Viena) son algunos de sus principales trabajos literarios.
Casado con Teresa Pikler (madre de su hija Constanza), Monti se opuso a la Revolución francesa, mostrándose reaccionario, pero luego fue partidario de Napoleón Bonaparte. Sin embargo, cuando Napoleón perdió el poder, empezó a trabajar para Francisco I de las Dos Sicilias.
En 1797 abandonó Roma y pasó por Florencia, Bolonia y Venecia hasta llegar a la República Cisalpina de Milán. Cuando esta república cayó en 1799, el poeta se refugió en París durante dos años y luego regresó a Milán.
Traductor de Homero, Aulo Persio Flaco y Voltaire; catedrático de la Universidad de Pavía; y miembro de la Accademia della Crusca, Vincenzo Monti falleció el 13 octubre de 1828.
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