El escritor estadounidense Wallace Stevens, en cuyo honor se concede un premio literario que ha sido obtenido por figuras como Mark Strand, John Ashbery y Philip Levine, nació el 2 de octubre de 1879 en la ciudad norteamericana de Reading.
Este hombre que fue alumno de Harvard y entre 1922 y 1940 realizó viajes frecuentes a Key West porque estaba enamorado de sus paisajes, trabajó durante muchos años como abogado de empresas de seguro pero fue la escritura la actividad que le dio notoriedad internacional.
En 1909, temporadas después de haber completado la carrera de Derecho en New York Law School, Wallace celebró su boda con Elsie Viola Rachel. Juntos trajeron al mundo, en 1924, a una niña a la cual bautizaron como Dolly.
“Aforismos completos”, “Ideas de orden”, “La roca”, “Las auroras de otoño”, “El ángel necesario” y “Notas para una ficción suprema” son algunas de las obras que permiten apreciar en castellano las habilidades literarias de este poeta que, a lo largo de su trayectoria, fue vicepresidente de firmas como Equitable Surety Company y Hartford Accident and Indemnity Company. Por su buen desempeño artístico, llegó a ser recompensado con el Premio Pulitzer de Literatura, el Hartt College of Music lo nombró Doctor Honorario en Humanidades y en la Universidad de Yale le concedieron el título de Doctor Honorario en Letras.
Según trascendió, en abril de 1955 Wallace, aquejado por un cáncer incurable de estómago, decidió convertirse al catolicismo y ser bautizado por Fr. Arthur Hanley, pero esta versión fue refutada por su hija y no se halló la documentación que respalde de manera oficial este trascendido. El 2 de agosto de ese mismo año, días después de haber sido reingresado en St. Francis Hospital por complicaciones de salud, el corazón de Stevens dejó de latir para siempre. Sus restos fueron llevados al cementerio Cedar Hill ubicado en Hartford.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.